Esto politizó aún más las actividades de ocio y los usos del cuerpo como medio para subvertir los códigos de conducta establecidos.
El aumento de los salarios reales y la jornada laboral acortada erosionó las restricciones de la supuesta debilidad moral de los trabajadores, incluyendo el creciente número de trabajadores de cuello blanco.
Estos procesos afectaron tanto a la difusión del jazz como a las reacciones a este al darle forma al contexto para escucharlo.
Como música improvisacional, participativa e intensamente rítmica, el jazz generó una gran atracción para la dimensión física; por lo tanto, representaba una amenaza para la legitimidad de los códigos de conducta y culturales vigentes de la época.
Eliminando las orquestas clásicas, cortinas y escenarios, los clubes nocturnos y cabarets crearon un espacio en el que las fronteras público-artista se volvieron borrosas.
Como resultado, la audiencia "Blanca" de clase alta y media se animó a adoptar comportamientos expresivos normalmente atribuidos a las clases obrera y a la cultura "Negra".
Las campañas para regular, si no eliminar, estos establecimientos, por lo tanto, refleja la ansiedad con respecto a cambios en los patrones de interacción y la difuminación de las fronteras sociales y culturales.
Fuente:
Título: Body and Soul: Jazz in the 1920s
Autores: Appelrouth, Scott
Título de publicación: The American Behavioral Scientist
Tomo: 48
Número: 11
Páginas: 1496-1509
Número de páginas: 14
Año de publicación: 2005
Fecha de publicación: Jul 2005
Año 2005
Editorial SAGE PUBLICATIONS, INC.
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